La celebración tiene lugar el domingo de la novena semana después del Domingo de Resurrección, generalmente entre finales de mayo y principios de junio, pero el ambiente festivo se intuye con los preparativos, que comienzan unos días antes de la fecha con la colocación de los toldos, que componen verdaderos y originales cielos artificiales que a su vez protegen la Custodia, y distintos ornamentos.
Faroles, guirnaldas, vidrieras, forjas y otros objetos tradicionales disponen el recorrido por el que marcha la Eucaristía; las paredes, balcones y ventanas se revisten con antiguos y bellos tapices, mantones y estandartes. La ciudad se convierte entonces en una prolongación de la Catedral y las calles en templo al aire libre.
El día anterior el camino es perfumado cubriendo el pavimento con hierbas aromáticas, romero, tomillo, cantueso o espliego crean auténticas alfombras olorosas.
El Domingo de Hábeas todo está preparado, la Custodia, protagonista indiscutible del Corpus Christi, sale de la Catedral protegida bajo palio, acompañada del silencio, custodiada por antiguas cofradías, hermandades y capítulos y cortejada por la multitud que se desplaza hasta estas calles de aroma medieval.
El intenso olor a incienso quemado se funde con la fragancia que desprenden las plantas aromáticas y los pétalos que se arrojan al paso de la Custodia; el sonido de los cánticos y la música se unen para crear una atmósfera única e inundar Toledo en un escenario memorable donde aromas, sonidos y colores compiten por embellecer la ciudad.
El corazón de la procesión, la rica custodia del tesoro que la Catedral alberga en su museo, es mostrado fuera de sus muros únicamente este día del Corpus toledano.
La Custodia, una de las más exquisitas joyas de la cristiandad, fue elaborada en su interior con el primer oro traído de América; una segunda custodia exterior creada en plata, y más tarde bañada en oro, protege la primera. A este oro y plata se unen perlas y gemas para armar semejante obra diseñada en forma de torre gótica.
Durante el paseo, la tarasca y los gigantones, las cofradías, hermandades y capítulos, las caballerías y bandas de música secundan al Cáliz, que no cesa de ser bañado por lluvias de pétalos de rosa, a través de las principales calles del casco histórico hasta finalizar el recorrido con el regreso a la Catedral.
Esta solemne fiesta, declarada de Interés Turístico Internacional, se complementa con variados actos y actividades, por lo que es proclamada como Semana Grande. El Corpus Christi toledano es, en definitiva, una experiencia única que merece la pena vivir y disfrutar con toda intensidad.
Este año 2009 tendrá lugar la procesión el jueves 11 de junio y el domingo 14 de junio a las 11,00 h. Salida desde la Catedral.
Buen trabajo, Cristina.
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